¿Cuáles son los primeros síntomas del Alzheimer?
Dr. Rubén Alcantud, geriatra
¿Qué es la enfermedad de Alzheimer?
La enfermedad de Alzheimer es una forma común de demencia que afecta principalmente a personas mayores, causando un deterioro progresivo de la memoria y otras funciones cognitivas.
¿Cuáles son las causas de la enfermedad de Alzheimer?
Las causas exactas de la enfermedad de Alzheimer no se comprenden completamente. Se cree que es resultado de una combinación de factores:
- Cambios cerebrales relacionados con la edad.
- Factores genéticos.
- Factores ambientales.
- Estilo de vida
En el cerebro, de forma resumida, se forman placas amiloides y las proteínas tau cambian de forma, interrumpiendo el funcionamiento normal de las neuronas.
¿Cuáles son los primeros síntomas de la enfermedad de Alzheimer?
Los primeros síntomas de la enfermedad de Alzheimer pueden incluir:
- Dificultad para recordar información reciente.
- Problemas para encontrar palabras adecuadas.
- Dificultades visuales o espaciales.
- Razonamiento o juicio deteriorado.
- Cambios sutiles en el comportamiento o personalidad.
¿Cuáles son las complicaciones de la enfermedad de Alzheimer?
Las principales complicaciones asociadas a la enfermedad de Alzheimer incluyen:
- Pérdida progresiva de autonomía.
- Dificultad para realizar actividades diarias.
- Problemas de comunicación.
- Riesgo de caídas y lesiones.
- Dificultad para expresar síntomas o seguir tratamientos.
- Aislamiento social.
- Carga emocional y física para los cuidadores
1.
¿Cuándo debería consultar con un geriatra?
Se debe consultar con un geriatra o neurólogo cuando se observen:
Basándome en la información proporcionada, se recomienda acudir a un geriatra o neurólogo para descartar la enfermedad de Alzheimer cuando se observen los siguientes signos:
- Cambios de memoria que dificultan la vida cotidiana, como olvidar información reciente, fechas o eventos importantes.
- Dificultad para realizar tareas habituales en casa, en el trabajo o en el tiempo libre.
- Problemas para planificar o resolver problemas cotidianos, como llevar las cuentas o seguir una receta.
- Desorientación en el espacio y el tiempo, como olvidar dónde están o cómo llegaron allí.
- Dificultad para encontrar palabras al hablar o escribir, repitiendo mucho lo que dicen.
- Cambios en la toma de decisiones o en el juicio, como regalar grandes cantidades de dinero sin motivo.
- Pérdida de iniciativa para participar en actividades sociales o laborales.
- Cambios de humor o personalidad notorios.
Recuerde que la detección precoz es esencial para una mejor evolución del paciente.
2.
¿Qué pruebas se suelen realizar para su diagnóstico?
Las pruebas habituales para diagnosticar la enfermedad de Alzheimer incluyen:
- Evaluación del historial y tratamiento médico.
- Exploración física y neurológica.
- Pruebas cognitivas y evaluación neuropsicológica.
- Análisis de sangre.
- Estudios de neuroimagen (TAC o resonancia magnética cerebral).
En algunos casos, también se pueden realizar pruebas más específicas como:
- Punción lumbar para análisis del líquido cefalorraquídeo.
- Pruebas genéticas (en casos de sospecha de demencia hereditaria)
- Tomografía por emisión de positrones (PET) para evaluar la actividad cerebral.
Recomendaciones para personas con Alzheimer y para sus familiares
1. Mantenga una rutina diaria estructurada que incluya actividades de estimulación cognitiva, ejercicio físico y socialización, adaptándola a medida que avanza la enfermedad para proporcionar seguridad y reducir la ansiedad, estableciendo horarios regulares para las comidas, el sueño y las actividades diarias.
2. Realice actividad física regularmente, como caminar diariamente o participar en programas de ejercicio diseñados para adultos mayores, ya que el ejercicio ayuda a mantener los músculos, articulaciones y corazón saludables, además de contribuir a mantener un peso adecuado y mejorar los hábitos de sueño.
3. Siga una dieta mediterránea o rica en grasas saludables como el aceite de oliva, ya que una alimentación equilibrada puede tener efectos beneficiosos sobre la evolución de la demencia y mejorar la calidad de vida.
4. Participe en actividades en grupo regularmente, como jugar a las cartas, ir a desayunar con amigos o unirse a grupos de apoyo, ya que el aislamiento social puede ser perjudicial para la salud y el bienestar emocional de las personas con Alzheimer.
5. Apúntese a actividades de estimulación cognitiva, ya que estos estímulos son cruciales para mantener la actividad cerebral y pueden ayudar a ralentizar el avance de la enfermedad.
6. Asegúrese de seguir el tratamiento médico prescrito con precisión, tomando los medicamentos según las indicaciones y asistiendo a todas las citas médicas programadas, ya que la adherencia al tratamiento es fundamental para una evolución favorable de la enfermedad.
7. Utilice ayudas visuales y recordatorios en su entorno, como carteles con dibujos sencillos para ubicar objetos, un reloj grande y un calendario visible donde se puedan marcar los días, lo que le ayudará a orientarse y mantener cierta independencia en las actividades diarias.
8. Mantenga un ambiente tranquilo y ordenado en su hogar, reduciendo el ruido y la confusión, evitando cambios frecuentes en la disposición de los muebles y objetos, y utilizando señales o marcas para facilitar la orientación dentro de la casa.
9. Mantenga una buena higiene del sueño, estableciendo una rutina relajante antes de dormir, limitando la cafeína y utilizando luces nocturnas en el dormitorio y el pasillo para facilitar la orientación durante la noche, lo que puede ayudar a reducir la confusión y mejorar la calidad del descanso.
10. Planifique y decida su cuidado a largo plazo, considerando opciones como la atención domiciliaria, centros de día o residencias especializadas, evaluando los recursos financieros disponibles.
11. Prepare algunos documentos legales esenciales, incluyendo un poder notarial para atención médica y finanzas, así como un testamento vital o documento de voluntades anticipadas. Estos documentos permitirán que una persona de confianza tome decisiones en su nombre cuando ya no pueda hacerlo por sí mismo, y especificarán sus deseos respecto a tratamientos médicos y cuidados al final de la vida. Esto asegurará que se respeten sus preferencias, guiando a cuidadores y profesionales médicos en situaciones críticas y protegiendo sus deseos.